Ética de la conservación

La problemática ambiental que enfrentamos en la actualidad amerita de una educación ambiental basada en la ética de la conservación. Histórica y culturalmente la perspectiva del ser humano ante la naturaleza ha diferido, a raíz de los diferentes modelos de desarrollo, sistemas de producción e ideologías. Así mismo, podemos observar diversas corrientes éticas de la conservación.

Las tres éticas de la conservación

Cronológicamente se pueden observar tres principales corrientes éticas de la conservación, las cuales han fundado las diversas perspectivas de la conservación biológica y el manejo de los recursos naturales. Estas éticas son:

Ética preservacionista

Sus representantes fueron Ralph Waldo Emerson, Henry David Thorea y John Muir. Emerson vio a la naturaleza como un templo, Thorea declaró como necesaria la experiencia directa con la naturaleza para contrarrestar las tendencias materialistas de la civilización, mientras que Muir reconoció el valor intrínseco de la naturaleza. El preservacionismo es una concepción ética que justifica la protección de la naturaleza por el valor intrínseco que esta posee en sí misma, y ni por el valor instrumental que posee para el ser humano. Fomenta la preservación de la naturaleza en su estado prístino y salvaje. Condena la destrucción de la naturaleza en aras del beneficio económico y material.

Ética de la conservación de los recursos naturales

Sus representantes fueron Giffort Pinchot y Theodore Roosvelt quienes querían mantener la naturaleza como recurso productivo y fuente de esparcimiento, a través de una planificación estatal racional. Los factores claves de esta ética son la utilidad y la eficiencia. Esta ética declara que los recursos naturales deben ser distribuidos de manera equitativa y eficiente entre los consumidores, tanto presentes como futuros, siendo este principio el precursor del concepto de desarrollo sustentable.

Ética de la tierra ecológica y evolutiva

Su representante es Aldo Leopold quien consideró que los humanos formaban parte de las comunidades naturales. Esta ética fue fundada sobre la biología evolutiva y la ecología. La propuesta de esta ética es: "cambiar el papel del Homo sapiens: de conquistador de la comunidad de la Tierra al del simple miembro y ciudadano de ella" (Leopold, 1949). La ética de la tierra ecológica y evolutiva promulga la mantención de la salud de los ecosistemas y procesos ecológicos.

Principios de la Carta de la Tierra

Existe una declaración de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI llamada Carta de la Tierra, promovida en el entorno de las Naciones Unidas (ONU) y de sus organizaciones. La Carta de la Tierra establece principios fundamentales que buscan inspirar en todos las personas un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad compartida para el bienestar de toda la familia humana, de la gran comunidad de vida y de las futuras generaciones (Iniciativa de la Carta de la Tierra, 2012). Estos principios son:

I. RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.

2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.

3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas.

4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras.

Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario:

II. INTEGRIDAD ECOLÓGICA

5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.

6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.

7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.

8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.

III. JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA

9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental.

10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.

11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.

12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.

IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ

13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.

14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.

15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.

16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.

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